RÍO MANZANARES

Lidia Toga utiliza el río Manzanares y su reciente recuperación natural como motor creativo, basándose el reconocimiento de los sistemas naturales como unas formas de vida supraestructurales, vinculadas a las nuevas corrientes de pensamiento naturalista y la idea, real y metafórica, del rizoma. Para Lidia Toga, que ha vivido y seguido este proceso de forma activa e involucrada (no en vano lleva publicando desde junio de 2021 Garzetta, un periódico entre lo divulgativo y el humor, presuntamente escrito y editado por las especies que pueblan el río), observa el Manzanares como un territorio vivo, que debe ser respetado por códigos similares a los que tienen los humanos para su protección (las declaraciones universales de derechos) y al que otorga consideraciones también sobrehumanas: la posibilidad pangeísta de convertirlo en una suerte de dios original, otorgador de vida.

A través de una serie de pinturas de medio formato, obra gráfica y serigráfica, neones de luz y la posibilidad de pequeñas esculturas, Toga describe de un modo poético, transversal y místico los poderes de un nuevo ser, vecino de la capital, rindiéndole el homenaje oficial que aún no ha tenido. Obras plásticas que juegan tanto con referentes culturales históricos como con lo mágico o místico, también con las relaciones entre lo natural y lo urbano, la tradición de la pintura y el dibujo de los naturalistas y la visión inclusiva de un nuevo ser que sirve a todos los ciudadanos, es usado por todos, y debe ser respetado y cuidado como tal.

Guillermo Espinosa , comisario independiente


“Corre, río, corre” , 2024
120 X 151 cm, acrílico y óleo sobre DM

“Muchas mitologías de todo el mundo nos recuerdan que el mundo nació de un huevo, y ciertamente como fuente de vida el huevo de un pájaro aportaba un fuerte significado simbólico. Los huevos de los pájaros también proporcionaban alimento adicional, durante el Neolítico y antes. La misteriosa desaparición estacional y la reaparición de los pájaros migradores y su enigmática aparición de un huevo, fuente de nueva vida y de nutrición, probablemente contribuyeran a su adoración ( Además, los pájaros podían volar libremente por el aire, entre la tierra y el cielo. Dado que así podían comunicarse con el cielo, tal vez, se les identificaba con las deidades que habitaban los cielos).

Los pájaros encarnaban, la salud, la fertilidad y la buena suerte, importantes para el mantenimiento de la vida.
Las aves acuáticas, que habitan los ríos y los lagos, además del ámbito de los cielos, donde se origina la lluvia. Proporcionan un vínculo entre la vida terrenal y el más allá. “

Marija Gombutas, Las Diosas vivientes


“El guardián del río” , 2024
120 X 151 cm, acrílico y óleo sobre DM
Las Gallinetas son las descendientes de los T Rex
Otoño en el río Manzanares
Retratos de las habitantes del río Manzanares en digital a partir de fotos tomadas allí


print en papel Fedrigoni en 50 X 70 cm

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